LA MÁS LINDA DEL MUNDO





Yo estoy acá todos los días. Nadie me ve. Soy parte de éste lugar y nadie lo sabe.
Me siento pisoteada, usada, desvalorizada, fea, aburrida e ignorada… Pero hoy, por una de esas casualidades de la vida, alguien se detuvo a mirarme. Como siempre, yo creí que se había detenido a mirar otra cosa, pero para mi sorpresa, hizo un gesto con la mano, sonrió, me saludó, y me siguió mirando hasta que lo perdí de vista.
Un par de horas después, lo vi volver con un morral cruzando su hombro. Me tomó entre sus manos y me hizo sentir la más linda del mundo… y mediante caricias de color, afirmo ese sentimiento y se recostó a mi lado mirando el cielo.
Después de un rato, sacó una seda de su morral y me cubrió con ella. Volvió a tomarme entre sus manos, pero ésta vez me depositó en otras, donde al mirar hacia arriba, pude ver la sonrisa más tierna…
En fin: yo me sentía pisoteada, usada, desvalorizada, fea, aburrida e ignorada, y terminé siendo la piedra más linda del mundo.





FIN






Ayuburí, Patricia Zelarayán

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